Con el estancamiento de la financiación gubernamental para el año fiscal 2026, la posibilidad de un cierre del gobierno federal de EE. UU. está aumentando. A solo unas horas de la fecha límite del 1 de octubre, los miembros del Congreso aún no han llegado a un acuerdo sobre el proyecto de ley de asignaciones, y las agencias gubernamentales enfrentan el riesgo de cierre.

Esta posible paralización del gobierno podría tener un impacto significativo en la economía. La Casa Blanca ha declarado que, si se produce la paralización, podría haber despidos permanentes de empleados federales, lo que no solo interrumpiría un mercado laboral ya frágil, sino que también podría obstaculizar la actual recuperación económica en curso. Los economistas advierten que, si la economía se acerca a una recesión como predicen muchos analistas, un recorte masivo del gasto gubernamental podría empujar a la economía al borde del peligro.

Sin embargo, desde la perspectiva del PIB, el impacto puede ser relativamente limitado. La experiencia de la Reserva Federal indica que cada semana de cierre hace que la tasa de crecimiento anualizada del PIB del trimestre afectado disminuya en 0.2 puntos porcentuales. Sin embargo, una vez que el gobierno vuelve a funcionar, la producción perdida generalmente puede recuperarse, lo que significa que si el cierre se controla dentro de un trimestre, la trayectoria económica a largo plazo no se verá afectada de manera significativa. Esto también explica por qué el cierre del gobierno que duró 34 días a finales de 2018 (el más largo desde 1981) casi no tuvo un impacto medible en el crecimiento económico del cuarto trimestre de ese año.

Si la próxima paralización comienza el 1 de octubre y termina a mediados de noviembre, entonces la mayor parte del impacto económico podría mitigarse antes de fin de año, lo que mantendría el PIB del cuarto trimestre relativamente estable.

Sin embargo, el impacto en el mercado laboral puede ser más directo y evidente. Si los empleados federales son despedidos temporalmente, esto provocará una notable fluctuación en los datos de empleo, lo que podría distorsionar la verdadera situación del mercado laboral. Esta distorsión no solo afectará la precisión de los indicadores económicos a corto plazo, sino que también podría inducir a error las decisiones de los responsables de políticas.

En general, aunque el impacto económico directo del cierre del gobierno puede ser relativamente limitado, la perturbación en el mercado laboral y la incertidumbre resultante pueden tener un efecto más profundo en la confianza económica general. Esto subraya la importancia de abordar oportunamente los problemas de financiamiento del gobierno para mantener la estabilidad económica y la recuperación continua.