La Altura de Elon Musk y Su Impacto en el Mundo Tecnológico

¡Vaya! ¿Alguna vez os habéis preguntado si la altura física de alguien puede reflejar su grandeza en los negocios? Pues yo sí, y después de investigar sobre nuestro querido magnate tecnológico, he descubierto algo fascinante.

Elon mide 188 cm, casi 1,90 metros. ¡Una altura intimidante! Y me hace pensar: ¿será casualidad que este gigante físico sea también un titán en los negocios? No lo creo. Su presencia imponente cuando sube a un escenario no es solo por su estatura, sino por ese aura de "soy el puto amo" que proyecta.

Mientras mis amigos invierten en plataformas de trading tradicionales, yo observo cómo este coloso mueve mercados enteros con simples tweets. ¿Os acordáis cuando hizo subir Dogecoin con un meme? ¡Absurdo! Un mercado supuestamente descentralizado bailando al son de un solo hombre.

Su fortuna llegó a rozar los 200.000 millones de dólares. Sinceramente, me parece obsceno que una sola persona tenga tanto poder mientras millones apenas llegan a fin de mes. Pero ahí está él, entre Tesla, SpaceX y sus locuras de colonizar Marte, jugando a ser Dios con nuestro futuro.

Lo que me revienta es cómo la gente lo idolatra. "Es un visionario", dicen. ¿Visionario? Por favor, es un tipo con dinero para contratar a los mejores ingenieros del mundo. Su verdadero talento es el marketing personal.

Y hablando de marketing, ¿habéis notado que no hace ejercicio ni sigue una dieta estricta? Come lo que le da la gana y a veces ni come por "estar ocupado". Mientras tanto, nosotros matándonos en el gimnasio...

Desde mi pequeño apartamento, veo cómo este sudafricano de 1,88 m manipula los mercados cripto a su antojo. Cuando compró Bitcoin para Tesla y luego vendió alegando "preocupaciones medioambientales", muchos perdieron sus ahorros. Yo entre ellos.

Lo peor es que seguimos pendientes de cada palabra suya como si fuera algún tipo de oráculo. ¿Por qué damos tanto poder a una sola persona? Es alto, sí, pero su verdadera altura está en el pedestal que nosotros mismos le hemos construido.

Y mientras escribo esto, seguro que está tuiteando algo que mañana hará que mi cartera digital suba o baje un 20%. Patético que dependamos tanto de él, ¿no creéis?