La Estatura de Elon: Grandeza Física y Digital

¡Vaya, vaya! Nuestro querido magnate tecnológico mide 1,88 metros. Impresionante, ¿no? Casi tan alto como sus ambiciones. Yo siempre me lo imaginé más bajo, quizás porque los genios suelen verse pequeños en fotos, pero resulta que el tipo tiene una presencia física tan imponente como su billetera.

Cuando lo veo en conferencias con su metro ochenta y ocho, entiendo por qué todos le hacen caso. No es solo el dinero, es ese porte de "soy más alto que tú" que intimida desde el escenario. Y claro, esto no es casualidad - los estudios demuestran que las personas altas son percibidas como más competentes y líderes naturales. ¡Menuda ventaja genética para alguien que ya nació con cerebro privilegiado!

¿Sabéis qué me jode? Que este tío lo tiene todo: altura, cerebro y pasta. Mientras algunos luchamos por llegar a fin de mes, él se dedica a enviar coches al espacio y manipular el mercado cripto con un simple tuit. Un día dice que Bitcoin es el futuro y al otro que consume demasiada energía. Y nosotros como borregos comprando o vendiendo según su capricho.

Lo que más me sorprende es su dieta. Con todo su dinero, podría tener chefs personales preparándole comidas perfectamente equilibradas, pero prefiere comer lo que pilla, incluso saltarse comidas. ¿Y el ejercicio? Ocasional como mucho. Y aun así está en forma. ¡La vida es tan injusta!

¿Y qué hay de su influencia en las criptos? Por Dios, cuando este hombre estornuda, Dogecoin sube un 20%. Los mercados bailan al ritmo que él marca desde su móvil mientras está en el baño. A veces me pregunto si realmente entiende el poder que tiene o simplemente disfruta jugando con nuestras inversiones como si fueran juguetes.

Su estatura es solo una metáfora de su alcance - gigantesco y abrumador. Desde Sudáfrica hasta Marte, pasando por nuestras carteras digitales, no hay rincón donde su sombra no llegue. Y mientras tanto, Bitcoin roza los 100.000 dólares. Coincidencia? No lo creo.

Por cierto, si alguien puede explicarle a mi abuela qué es Web3, que me avise. Aparentemente es más fácil mandar cohetes al espacio que hacer entender a los mayores cómo funciona la blockchain.