¡Ah, Kamehameha! Ese nombre que me recuerda más a Dragon Ball que a la verdadera historia hawaiana. Qué ironía que hoy celebremos a este conquistador como si fuera un héroe nacional.
Lo llaman "el primer rey de O'ahu", pero vamos, seamos sinceros - fue un guerrero brutal que a sangre y fuego sometió las islas bajo su mando en 1795. A mí me suena más a un Cortés polinesio que a un líder benevolente.
Esa estatua dorada de 18 pies... ¡menuda propaganda! Ahí está, imponente en Florencia, representando la grandeza de un hombre cuyo principal mérito fue la conquista violenta. Y cada 11 de junio le ponemos flores como si nada hubiera pasado, celebrando al "más grande rey" mientras ignoramos convenientemente a quienes fueron sometidos.
Tras su muerte, su hijo Liholiho tuvo que compartir poder con Kahumanu, la esposa favorita del difunto. Al menos ellos hicieron algo bueno: abolieron ese sistema kapu que oprimía al pueblo con reglas ridículas. Aunque claro, también eliminaron la religión tradicional... colonización cultural en su máxima expresión.
¿Y qué hay de esas supuestas últimas palabras? "Hay una bondad interminable que les he dado para disfrutar." Suena bonito, pero viniendo de quien unificó un archipiélago a punta de espada, me parece más bien el último acto de un ego desmedido.
La historia siempre la escriben los vencedores, ¿no? Y en este caso, nos han vendido a un tirano como héroe nacional con una estatua dorada y un día festivo. ¡Qué conveniente!
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El tirano que unió Hawái bajo su puño
¡Ah, Kamehameha! Ese nombre que me recuerda más a Dragon Ball que a la verdadera historia hawaiana. Qué ironía que hoy celebremos a este conquistador como si fuera un héroe nacional.
Lo llaman "el primer rey de O'ahu", pero vamos, seamos sinceros - fue un guerrero brutal que a sangre y fuego sometió las islas bajo su mando en 1795. A mí me suena más a un Cortés polinesio que a un líder benevolente.
Esa estatua dorada de 18 pies... ¡menuda propaganda! Ahí está, imponente en Florencia, representando la grandeza de un hombre cuyo principal mérito fue la conquista violenta. Y cada 11 de junio le ponemos flores como si nada hubiera pasado, celebrando al "más grande rey" mientras ignoramos convenientemente a quienes fueron sometidos.
Tras su muerte, su hijo Liholiho tuvo que compartir poder con Kahumanu, la esposa favorita del difunto. Al menos ellos hicieron algo bueno: abolieron ese sistema kapu que oprimía al pueblo con reglas ridículas. Aunque claro, también eliminaron la religión tradicional... colonización cultural en su máxima expresión.
¿Y qué hay de esas supuestas últimas palabras? "Hay una bondad interminable que les he dado para disfrutar." Suena bonito, pero viniendo de quien unificó un archipiélago a punta de espada, me parece más bien el último acto de un ego desmedido.
La historia siempre la escriben los vencedores, ¿no? Y en este caso, nos han vendido a un tirano como héroe nacional con una estatua dorada y un día festivo. ¡Qué conveniente!