El impacto es inmediato: ya son más de 12 países los que rechazan la moneda americana mientras Europa busca independencia económica en medio de la nueva guerra arancelaria.
¡Por fin está sucediendo! Como latinoamericano que ha visto cómo el dólar ha dictado las reglas del juego durante décadas, observo con cierta satisfacción cómo varios países dicen "¡basta!" a la tiranía del billete verde.
El euro ha superado hoy la barrera de los 1,11 dólares, su nivel más alto desde octubre, y no es casualidad. La "carnicería arancelaria" de Trump está acelerando un proceso que ya estaba en marcha. Me río cuando pienso que los americanos ni se enteran de lo que está pasando fuera de sus fronteras.
¿Por qué Europa está hartándose del dólar? Muy simple: quieren mandar en su propio territorio. Los gobiernos europeos buscan librarse de las cadenas que los atan a Washington. Las sanciones a Rusia en 2022 fueron la gota que colmó el vaso - ¿por qué deberían hundirse económicamente por decisiones tomadas al otro lado del Atlántico?
Rusia prohibió el dólar hace tiempo, pero ahora le siguen Bielorrusia, Hungría, Serbia y Turquía. Es como un efecto dominó que se extiende por el viejo continente. Y no olvidemos China, que impulsa el yuan con toda su fuerza, mientras Irán, Venezuela, Cuba y Corea del Norte ya echaron al dólar por la ventana hace tiempo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prepara un arsenal de medidas para proteger la economía del bloque. Me encantaría ver la cara de los banqueros americanos cuando se den cuenta que ya no pueden controlar el mundo con un papel verde.
Esto tiene consecuencias graves para EE.UU.: el dólar se debilita, pierde estatus como moneda de reserva, y China gana terreno día tras día. Los chinos deben estar frotándose las manos.
Lo que más me fascina es que esto apenas comienza. El sistema multipolar está emergiendo ante nuestros ojos. Y aunque muchos lo nieguen, esta revolución financiera silenciosa está reconfigurando el poder global. Quizás pronto dejaremos de estar atados a las decisiones de la Reserva Federal.
La verdad duele, pero la dependencia del dólar está llegando a su fin. Europa lidera el cambio, y nosotros deberíamos seguir su ejemplo. Ya era hora de que alguien plantara cara al imperio financiero americano.
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Se despide el dólar: la hegemonía financiera de EE.UU. se tambalea
El impacto es inmediato: ya son más de 12 países los que rechazan la moneda americana mientras Europa busca independencia económica en medio de la nueva guerra arancelaria.
¡Por fin está sucediendo! Como latinoamericano que ha visto cómo el dólar ha dictado las reglas del juego durante décadas, observo con cierta satisfacción cómo varios países dicen "¡basta!" a la tiranía del billete verde.
El euro ha superado hoy la barrera de los 1,11 dólares, su nivel más alto desde octubre, y no es casualidad. La "carnicería arancelaria" de Trump está acelerando un proceso que ya estaba en marcha. Me río cuando pienso que los americanos ni se enteran de lo que está pasando fuera de sus fronteras.
¿Por qué Europa está hartándose del dólar? Muy simple: quieren mandar en su propio territorio. Los gobiernos europeos buscan librarse de las cadenas que los atan a Washington. Las sanciones a Rusia en 2022 fueron la gota que colmó el vaso - ¿por qué deberían hundirse económicamente por decisiones tomadas al otro lado del Atlántico?
Rusia prohibió el dólar hace tiempo, pero ahora le siguen Bielorrusia, Hungría, Serbia y Turquía. Es como un efecto dominó que se extiende por el viejo continente. Y no olvidemos China, que impulsa el yuan con toda su fuerza, mientras Irán, Venezuela, Cuba y Corea del Norte ya echaron al dólar por la ventana hace tiempo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prepara un arsenal de medidas para proteger la economía del bloque. Me encantaría ver la cara de los banqueros americanos cuando se den cuenta que ya no pueden controlar el mundo con un papel verde.
Esto tiene consecuencias graves para EE.UU.: el dólar se debilita, pierde estatus como moneda de reserva, y China gana terreno día tras día. Los chinos deben estar frotándose las manos.
Lo que más me fascina es que esto apenas comienza. El sistema multipolar está emergiendo ante nuestros ojos. Y aunque muchos lo nieguen, esta revolución financiera silenciosa está reconfigurando el poder global. Quizás pronto dejaremos de estar atados a las decisiones de la Reserva Federal.
La verdad duele, pero la dependencia del dólar está llegando a su fin. Europa lidera el cambio, y nosotros deberíamos seguir su ejemplo. Ya era hora de que alguien plantara cara al imperio financiero americano.