La impactante muerte de Fernando Pérez Algaba: una historia de apariencias, deudas y conexiones peligrosas

El fallecimiento del influencer de criptomonedas Fernando Pérez Algaba parece ser resultado de una tormenta perfecta. Problemas de dinero. Amistades peligrosas. Y al final, todo terminó muy mal para él.

Brillaba en redes. Coches de lujo. Ropa cara. Viajes. Pero detrás de esa pantalla, la realidad era otra. Estaba hasta el cuello en deudas. Sus inversiones en cripto se habían desplomado. La agencia tributaria argentina lo perseguía. Y lo más inquietante: se había metido con los Barra Bravas, algo que nunca termina bien.

Pidió dinero a quien no debía. Se rodeó de gente peligrosa. No es del todo claro por qué siguió cavando su propia tumba, pero lo hizo. Una semana antes de su muerte recibió amenazas brutales. Luego, el horror: su cuerpo desmembrado apareció en una maleta el 23 de julio de 2023. En Ingeniero Budge. Buenos Aires manchada de sangre.

El caso sigue vivo. Octubre de 2025 y ocho personas enfrentan cargos. Entre ellas su exsocio, Maximiliano Pilepich. Según dicen, fue él quien apretó el gatillo. Medio extraño cómo los negocios pueden acabar así. El juicio arrancó en septiembre con cargos pesados: homicidio triplemente agravado para casi todos los implicados.

La vida de Pérez Algaba es como un aviso. Una advertencia. No juegues con fuego. No finjas ser quien no eres.

Sus errores fueron claros. Gestionó mal su dinero mientras posaba junto a coches que apenas podía pagar. Se juntó con la gente equivocada, esos grupos de hinchas violentos que después le cobraron con intereses. Y creó un personaje en Instagram que ni él mismo podía sostener.

Al final, todo se derrumbó. Un castillo de naipes. Una vida construida sobre arena. Un influencer que influenció su propio destino trágico con decisiones que, vistas ahora, parecían llevar a un solo lugar.