Según datos del puto FMI publicados en octubre pasado, Japón es el campeón indiscutible del endeudamiento con un brutal 248,7% de su PIB. ¡Joder! Es como si hubieran comprado tres países enteros a crédito y aún no pagaran ni la entrada.
Me sorprende ver a Sudán en segundo lugar con 237,1%. Y ahí tenemos a Singapur, ese supuesto paraíso económico, en tercer puesto con 175,8%. ¡Menuda farsa! Todos esos discursos sobre eficiencia económica se desmoronan cuando ves que deben casi dos veces lo que producen anualmente.
Los europeos no se quedan atrás. Grecia (152,9%) e Italia (138,7%) siguen arrastrando sus deudas históricas como cadenas. Típico de países que gastan lo que no tienen y luego lloran pidiendo rescates.
¿Y qué me dicen de las pequeñas economías como Maldivas (133,6%) y Bahréin (129,8%)? Un estornudo económico global y desaparecen del mapa financiero. Viven del turismo y del petróleo como quien depende de un único cliente que puede quebrar en cualquier momento.
Estados Unidos, ese supuesto bastión del capitalismo, está hundido en deudas (124,1%). Imprimen billetes como si no hubiera mañana y luego dan lecciones al mundo sobre responsabilidad fiscal. ¡Menuda hipocresía!
La lista la completan Laos (118,3%) y Francia (115,3%). ¡Vaya panorama!
Brasil: no tan mal como dicen
Mientras tanto, Brasil, que tanto critican por "despilfarrador", está en el puesto 23 con un 92% de deuda. ¡Y bajando! En noviembre llegó al 77,7%, lo que nos colocaría en el puesto 43, lejos del promedio de países desarrollados (111%) y más cerca de los países en desarrollo (71%).
¿Y saben qué? Los economistas de salón que tanto critican deberían revisar sus números antes de hablar. La deuda brasileña va en descenso mientras muchas potencias "ejemplares" siguen hundiéndose en números rojos.
Yo lo veo claro: los mercados se asustan con nuestras políticas, pero los números hablan por sí solos. Estamos mejor posicionados que muchos que se creen ejemplo de gestión. Las plataformas de trading pueden decir lo que quieran, pero los datos del FMI no mienten.
El déficit brasileño se redujo en 2024 y nuestra trayectoria es descendente. Muchos países quisieran estar en nuestra situación económica actual, pero claro, es más fácil criticar a países latinoamericanos que mirar las catástrofes financieras que se gestan en sus propios territorios.
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Los 10 países que ahogan su economía en deudas: la triste realidad global
Según datos del puto FMI publicados en octubre pasado, Japón es el campeón indiscutible del endeudamiento con un brutal 248,7% de su PIB. ¡Joder! Es como si hubieran comprado tres países enteros a crédito y aún no pagaran ni la entrada.
Me sorprende ver a Sudán en segundo lugar con 237,1%. Y ahí tenemos a Singapur, ese supuesto paraíso económico, en tercer puesto con 175,8%. ¡Menuda farsa! Todos esos discursos sobre eficiencia económica se desmoronan cuando ves que deben casi dos veces lo que producen anualmente.
Los europeos no se quedan atrás. Grecia (152,9%) e Italia (138,7%) siguen arrastrando sus deudas históricas como cadenas. Típico de países que gastan lo que no tienen y luego lloran pidiendo rescates.
¿Y qué me dicen de las pequeñas economías como Maldivas (133,6%) y Bahréin (129,8%)? Un estornudo económico global y desaparecen del mapa financiero. Viven del turismo y del petróleo como quien depende de un único cliente que puede quebrar en cualquier momento.
Estados Unidos, ese supuesto bastión del capitalismo, está hundido en deudas (124,1%). Imprimen billetes como si no hubiera mañana y luego dan lecciones al mundo sobre responsabilidad fiscal. ¡Menuda hipocresía!
La lista la completan Laos (118,3%) y Francia (115,3%). ¡Vaya panorama!
Brasil: no tan mal como dicen
Mientras tanto, Brasil, que tanto critican por "despilfarrador", está en el puesto 23 con un 92% de deuda. ¡Y bajando! En noviembre llegó al 77,7%, lo que nos colocaría en el puesto 43, lejos del promedio de países desarrollados (111%) y más cerca de los países en desarrollo (71%).
¿Y saben qué? Los economistas de salón que tanto critican deberían revisar sus números antes de hablar. La deuda brasileña va en descenso mientras muchas potencias "ejemplares" siguen hundiéndose en números rojos.
Yo lo veo claro: los mercados se asustan con nuestras políticas, pero los números hablan por sí solos. Estamos mejor posicionados que muchos que se creen ejemplo de gestión. Las plataformas de trading pueden decir lo que quieran, pero los datos del FMI no mienten.
El déficit brasileño se redujo en 2024 y nuestra trayectoria es descendente. Muchos países quisieran estar en nuestra situación económica actual, pero claro, es más fácil criticar a países latinoamericanos que mirar las catástrofes financieras que se gestan en sus propios territorios.