El obsceno imperio de Elon Musk: la nueva aristocracia espacial

¡Joder! ¿250 mil millones de dólares? Vaya cifra para un solo tipo, mientras millones luchan por llegar a fin de mes. Yo siempre me pregunto si realmente necesita tanto dinero o si esto ya es pura acumulación enfermiza.

Miren, la fortuna de Musk no cayó del cielo. Este tío ha montado su imperio principalmente sobre dos pilares: Tesla y SpaceX. Controla el 20% de Tesla, que representa el 75% de toda su fortuna. ¿Y qué hace Tesla? Pues coches eléctricos caros que solo los ricos pueden permitirse, mientras se vende como el salvador del planeta. ¡Menuda hipocresía!

SpaceX es su otra gran joya. Mientras la gente normal se preocupa por pagar el alquiler, este tipo sueña con colonizar Marte. ¿Para qué? Para que los ultrarricos tengan un plan B cuando terminen de joder la Tierra.

En 2020 su fortuna se disparó 150 mil millones en un año. ¡En un año! Mientras la pandemia arruinaba a pequeños negocios, él multiplicaba su fortuna por siete. Y encima con un plan de compensación que no incluye salario fijo, sino bonificaciones en acciones cuando Tesla alcanza ciertos hitos. Básicamente, cuanto más sube la acción, más rico se hace. Un sistema diseñado para el 0,001% privilegiado.

Sus activos suben y bajan como una montaña rusa, pero nunca deja de ser obscenamente rico. Ha vendido 40 mil millones en acciones de Tesla desde 2021, supuestamente para "financiar otros proyectos". Como comprar Twitter y convertirlo en su juguete personal.

Y ahí está, compitiendo con Bernard Arnault y Jeff Bezos por quién tiene más ceros en su cuenta bancaria. Una competición grotesca mientras el mundo se cae a pedazos.

Para colmo, nos venden que toda esta riqueza es "para cambiar el mundo" con energía sostenible y viajes espaciales. Pero seamos sinceros, ¿cuántas personas pueden permitirse un Tesla? Este discurso de innovación solo esconde lo que siempre ha existido: acumular poder en manos de unos pocos.

Al final, Musk representa perfectamente la nueva aristocracia tech: tipos con tanto dinero que ya no saben qué hacer con él, jugando a ser dioses mientras el planeta se quema. Y todos aplaudiendo como si fuera el nuevo Mesías.

Menuda mierda de sistema.