Nick Cherney, jefe de innovación de Janus Henderson Investors, considera que la tokenización de activos del mundo real (RWA) a través de la cadena de bloques no es una idea lejana del futuro, sino que está sucediendo realmente en el presente.
En 1993, se lanzó el primer fondo cotizado en bolsa (ETF). En ese momento, la mayoría de la gente de Wall Street no le dio importancia. Los fondos mutuos dominaban el mercado, los corredores de bolsa tenían el control, y la idea de que los inversores se aglomeraran para comprar un nuevo "contenedor" para la inversión en índices parecía poco práctica. Sin embargo, treinta años después, los ETF han transformado por completo la forma en que se invierte a nivel global. En todo el mundo, ya hay más de 15,000 ETFs, con activos bajo gestión que superan los 17 billones de dólares, respaldando los ahorros para la jubilación de innumerables personas y convirtiéndose en un pilar central del mercado financiero. Un producto que inicialmente se consideró un experimento, hoy se ha convertido en el estándar de la industria.
Hoy, estamos al borde de otra revolución que podría tener un impacto aún más profundo. La tokenización de activos del mundo real en la cadena de bloques no es un experimento mental del futuro, sino una realidad en curso. Su concepto central es simple y claro: registrar herramientas financieras tradicionales —bonos, acciones, carteras de crédito, etc.— en forma digital en una cadena de bloques pública. Esto les confiere programabilidad, portabilidad y capacidad de transferencia instantánea. En otras palabras, los inversores pueden transferir fácilmente un bono del Tesoro estadounidense, como si enviaran un correo electrónico.
En Junli Henderson, no nos quedamos de brazos cruzados. El año pasado, colaboramos con el proveedor de infraestructura Centrifuge para lanzar un fondo de bonos de tesorería líquido emitido directamente en la cadena. En pocos meses, el tamaño de los activos bajo gestión del fondo superó los 400 millones de dólares, atrayendo a numerosos inversores que buscan trasladar inversiones tradicionales a la cadena. Sobre esta base de éxito, lanzamos aún más la estrategia insignia JAAA, que actualmente ha crecido rápidamente a 750 millones de dólares. Todo esto ya no es una discusión teórica, sino que el capital de los inversores está fluyendo a través de nuevos canales.
Por supuesto, en muchos rincones del ámbito financiero tradicional, persisten las voces de escepticismo, y las controversias se centran en la regulación, en los sistemas antiguos profundamente arraigados o en la falta de aceptación por parte de los inversores. Sin embargo, hace solo diez años, incluso cuando la tendencia de los ETF ya era claramente visible, la gente aún tenía dudas similares al respecto. Cada vez que hay una innovación disruptiva significativa en el ámbito financiero, la duda suele ser la reacción inicial. La realidad es que la transformación no se logra mediante un cambio gradual en el comportamiento de los interesados establecidos; a menudo avanza lentamente y luego explota de repente, hasta que los gigantes de la industria no pueden ignorar más esta disrupción. El mundo a nuestro alrededor está cambiando silenciosamente, y lo que alguna vez fue una opción de nicho eventualmente se convertirá en la norma.
La tokenización es diferente a cualquier intento anterior de modernización financiera, ya que no es solo un nuevo "empaquetado" o mecanismo de distribución, sino una infraestructura completamente nueva. La evolución de la infraestructura de los mercados de capital global avanza lentamente y ha quedado rezagada: la liquidación podría completarse en segundos, pero aún toma días; los costos se acumulan debido a múltiples intermediarios; el acceso al mercado está monopolizado por unas pocas instituciones. Tanto los inversores como los emisores se sienten frustrados por esto. Y la tokenización es la solución que enfrenta estos puntos críticos. Al poner activos en la cadena, los inversores pueden obtener liquidaciones instantáneas, una transparencia sin precedentes y permitir que los productos de inversión se integren en el ecosistema financiero descentralizado. Así como la tecnología móvil ha dado lugar a nuevos modelos comerciales y ha remodelado el comportamiento del consumidor, la cadena de bloques también dará lugar a un conjunto completamente nuevo de paradigmas financieros.
Su significado va mucho más allá de la mejora de la eficiencia. La tokenización ha abierto las puertas a la construcción de un sistema financiero más inclusivo. Imagina a una maestra en Yakarta que puede poseer activos del índice S&P 500 en su billetera digital y usarlos como garantía para obtener un préstamo y comenzar un proyecto empresarial; o a un trabajador en Londres que puede enviar pagos pequeños con intereses sin fricciones a su familia en São Paulo. La tokenización permite a las instituciones financieras atender a aquellos que han sido excluidos durante mucho tiempo del sistema financiero tradicional, al mismo tiempo que permite a los clientes existentes revolucionar por completo la forma en que interactúan con los activos: en la nueva era de las finanzas programables, los activos serán más accesibles, flexibles y prácticos.
A través de la provisión de infraestructura técnica para la emisión, gestión y distribución de fondos tokenizados, la tecnología de Centrifuge nos permite llevar rápidamente y de forma segura estos productos al mercado. Esta colaboración ha permitido a un gigante global de gestión de activos con 90 años de historia y 450 mil millones de dólares en activos bajo gestión, lograr la velocidad, transparencia, seguridad e interoperabilidad que solo puede ofrecer la cadena de bloques. Este logro es una poderosa evidencia de que el sistema financiero global está a punto de experimentar una reestructuración.
Hoy en día, el problema ya no es si la tokenización es viable: su efectividad ya no está en duda. El verdadero desafío es: ¿pueden las instituciones de gestión de activos y los reguladores actuar rápidamente para aprovechar esta oportunidad histórica? ¿O simplemente observarán cómo los nuevos entrantes establecen un sistema paralelo que satisfaga mejor las necesidades de los inversores globales?
La industria financiera tradicional no puede seguir esperando a ser "autorizada" para innovar. Esta revolución tecnológica financiera de época no tiene como protagonista a la inteligencia artificial, sino a la cadena de bloques. La tecnología ya está madura, sus ventajas son indiscutibles y el momentum ya se ha formado. Las instituciones financieras tradicionales se enfrentan a una decisión: o abrazan proactivamente la tokenización y moldean el próximo capítulo de las finanzas globales; o se quedan al margen, dejando que la transformación ocurra en su ausencia.
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La tokenización será el próximo momento ETF en el mundo financiero.
Nick Cherney, jefe de innovación de Janus Henderson Investors, considera que la tokenización de activos del mundo real (RWA) a través de la cadena de bloques no es una idea lejana del futuro, sino que está sucediendo realmente en el presente.
En 1993, se lanzó el primer fondo cotizado en bolsa (ETF). En ese momento, la mayoría de la gente de Wall Street no le dio importancia. Los fondos mutuos dominaban el mercado, los corredores de bolsa tenían el control, y la idea de que los inversores se aglomeraran para comprar un nuevo "contenedor" para la inversión en índices parecía poco práctica. Sin embargo, treinta años después, los ETF han transformado por completo la forma en que se invierte a nivel global. En todo el mundo, ya hay más de 15,000 ETFs, con activos bajo gestión que superan los 17 billones de dólares, respaldando los ahorros para la jubilación de innumerables personas y convirtiéndose en un pilar central del mercado financiero. Un producto que inicialmente se consideró un experimento, hoy se ha convertido en el estándar de la industria.
Hoy, estamos al borde de otra revolución que podría tener un impacto aún más profundo. La tokenización de activos del mundo real en la cadena de bloques no es un experimento mental del futuro, sino una realidad en curso. Su concepto central es simple y claro: registrar herramientas financieras tradicionales —bonos, acciones, carteras de crédito, etc.— en forma digital en una cadena de bloques pública. Esto les confiere programabilidad, portabilidad y capacidad de transferencia instantánea. En otras palabras, los inversores pueden transferir fácilmente un bono del Tesoro estadounidense, como si enviaran un correo electrónico.
En Junli Henderson, no nos quedamos de brazos cruzados. El año pasado, colaboramos con el proveedor de infraestructura Centrifuge para lanzar un fondo de bonos de tesorería líquido emitido directamente en la cadena. En pocos meses, el tamaño de los activos bajo gestión del fondo superó los 400 millones de dólares, atrayendo a numerosos inversores que buscan trasladar inversiones tradicionales a la cadena. Sobre esta base de éxito, lanzamos aún más la estrategia insignia JAAA, que actualmente ha crecido rápidamente a 750 millones de dólares. Todo esto ya no es una discusión teórica, sino que el capital de los inversores está fluyendo a través de nuevos canales.
Por supuesto, en muchos rincones del ámbito financiero tradicional, persisten las voces de escepticismo, y las controversias se centran en la regulación, en los sistemas antiguos profundamente arraigados o en la falta de aceptación por parte de los inversores. Sin embargo, hace solo diez años, incluso cuando la tendencia de los ETF ya era claramente visible, la gente aún tenía dudas similares al respecto. Cada vez que hay una innovación disruptiva significativa en el ámbito financiero, la duda suele ser la reacción inicial. La realidad es que la transformación no se logra mediante un cambio gradual en el comportamiento de los interesados establecidos; a menudo avanza lentamente y luego explota de repente, hasta que los gigantes de la industria no pueden ignorar más esta disrupción. El mundo a nuestro alrededor está cambiando silenciosamente, y lo que alguna vez fue una opción de nicho eventualmente se convertirá en la norma.
La tokenización es diferente a cualquier intento anterior de modernización financiera, ya que no es solo un nuevo "empaquetado" o mecanismo de distribución, sino una infraestructura completamente nueva. La evolución de la infraestructura de los mercados de capital global avanza lentamente y ha quedado rezagada: la liquidación podría completarse en segundos, pero aún toma días; los costos se acumulan debido a múltiples intermediarios; el acceso al mercado está monopolizado por unas pocas instituciones. Tanto los inversores como los emisores se sienten frustrados por esto. Y la tokenización es la solución que enfrenta estos puntos críticos. Al poner activos en la cadena, los inversores pueden obtener liquidaciones instantáneas, una transparencia sin precedentes y permitir que los productos de inversión se integren en el ecosistema financiero descentralizado. Así como la tecnología móvil ha dado lugar a nuevos modelos comerciales y ha remodelado el comportamiento del consumidor, la cadena de bloques también dará lugar a un conjunto completamente nuevo de paradigmas financieros.
Su significado va mucho más allá de la mejora de la eficiencia. La tokenización ha abierto las puertas a la construcción de un sistema financiero más inclusivo. Imagina a una maestra en Yakarta que puede poseer activos del índice S&P 500 en su billetera digital y usarlos como garantía para obtener un préstamo y comenzar un proyecto empresarial; o a un trabajador en Londres que puede enviar pagos pequeños con intereses sin fricciones a su familia en São Paulo. La tokenización permite a las instituciones financieras atender a aquellos que han sido excluidos durante mucho tiempo del sistema financiero tradicional, al mismo tiempo que permite a los clientes existentes revolucionar por completo la forma en que interactúan con los activos: en la nueva era de las finanzas programables, los activos serán más accesibles, flexibles y prácticos.
A través de la provisión de infraestructura técnica para la emisión, gestión y distribución de fondos tokenizados, la tecnología de Centrifuge nos permite llevar rápidamente y de forma segura estos productos al mercado. Esta colaboración ha permitido a un gigante global de gestión de activos con 90 años de historia y 450 mil millones de dólares en activos bajo gestión, lograr la velocidad, transparencia, seguridad e interoperabilidad que solo puede ofrecer la cadena de bloques. Este logro es una poderosa evidencia de que el sistema financiero global está a punto de experimentar una reestructuración.
Hoy en día, el problema ya no es si la tokenización es viable: su efectividad ya no está en duda. El verdadero desafío es: ¿pueden las instituciones de gestión de activos y los reguladores actuar rápidamente para aprovechar esta oportunidad histórica? ¿O simplemente observarán cómo los nuevos entrantes establecen un sistema paralelo que satisfaga mejor las necesidades de los inversores globales?
La industria financiera tradicional no puede seguir esperando a ser "autorizada" para innovar. Esta revolución tecnológica financiera de época no tiene como protagonista a la inteligencia artificial, sino a la cadena de bloques. La tecnología ya está madura, sus ventajas son indiscutibles y el momentum ya se ha formado. Las instituciones financieras tradicionales se enfrentan a una decisión: o abrazan proactivamente la tokenización y moldean el próximo capítulo de las finanzas globales; o se quedan al margen, dejando que la transformación ocurra en su ausencia.